martes, 17 de junio de 2025

¿Un simple nido de cigüeñas?


El pasado día 13 de junio, se retiró la antena parabólica de Telefónica, en la plaza Tournefeuille de Graus. La antena servía de soporte a un nido de cigüeña blanca. Hace unos años, otro nido fue retirado del mismo lugar. Las cigüeñas acostumbran a mostrar fidelidad por los lugares de cría, a pesar de que estos no ofrezcan las mejores garantías. No parece que el nido contuviera pollos, lo que hubiera sido especialmente grave. Pero, por lo que se sabe, los Agentes de Protección de la Naturaleza no estaban al corriente de la retirada de la antena y, por consiguiente, del nido.
La cigüeña blanca está incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, a nivel estatal (Real Decreto 139/2011 y Ley 42/2007) y autonómico (Decreto 129/2022). Eso significa, entre otras cosas, que no se puede cazar o molestar a la especie en cuestión, como tampoco destruir sus nidos, en especial en época de cría, todo lo cual está contemplado como delito en el artículo 334 del Código Penal.
Más allá de cuestiones legales o penales, de la protección sobre el papel, parece indiscutible que la conservación de la naturaleza debería formar parte del proceder habitual de las personas y, más aún, de las instituciones públicas. Los animales y las plantas son parte de nuestro patrimonio. De un patrimonio sin distinciones entre «cultural» y «natural». Precisamente, la cigüeña blanca es una especie emblemática, vinculada desde antiguo a nuestros pueblos y ciudades, asociada a leyendas y refranes, sin que sea necesario hablar de sus efectos beneficiosos para el campo, para el ecosistema en general.
El nido en cuestión tenía mayor valor por ser uno de los situados más al norte de la provincia de Huesca y, al parecer, el único de la comarca de Ribagorza. De ese modo, hemos perdido una parte de nuestro patrimonio, comparable a la destrucción de una ermita o la sustracción de un retablo. Sea como sea, la pareja de cigüeñas ha regresado a la torre. Tal vez aún estemos a tiempo de darles una oportunidad y facilitar su reproducción. La solución pasa por instalar una plataforma estable, en la misma torre o en un lugar cercano. Eso se ha hecho en otros lugares, y con buenos resultados. Si así fuera, recuperaríamos algo de esa riqueza que nos empeñamos en no valorar. Y demostraríamos que la convivencia es posible.

José Luis Cortés
Ornitólogo
 

*Fotografías de Silvia Ardanuy, del pasado 28 de marzo.

Una magnífica mañana de 'testing' por la Sierra del Castillo de Laguarres

Una instantánea de los participantes en nuestro XIII Testing de Biodiversidad del pasado 24 de mayo (Silvia, David, Pedro, José Luis, Mapi, Teresa y Carlos)
 
Como recordaréis, el sábado 24 de mayo llevamos a cabo en la Sierra del Castillo de Laguarres el que ya es el decimotercer testing de biodiversidad de nuestro Observatorio Ciudadano de la Biodiversidad (OCB) de la Baja Ribagorza (enmarcado en esta ocasión en La Gran Semana, de la plataforma Observation).
Al final, fuimos siete las personas que participamos en el disfrutando de una estupenda mañana primaveral y de un entorno magnífico (espectaculares, por cierto, las vistas de toda la Ribagorza y de gran parte del Pirineo desde los restos del castillo que da nombre a la sierra).
En estos momentos aún estamos subiendo fotos a las galerías de Observation (podéis ir viéndolas en la página dedicada a nuestro OCB, https://observation.org/locations/689399/, donde, como podréis comprobar, ya tenemos geolocalizadas 2.974 especies, que aún no se han actualizado en este blog), y, aunque seguramente no hicimos tantas observaciones como en ocasiones anteriores, podemos afirmar con seguridad que fue uno de los testings más fructíferos por el interés y el alto grado de protección de muchas de las especies que pudimos ver y fotografiar, confirmándose que estamos en uno de los lugares con mayor riqueza medioambiental de la Península Ibérica y de Europa.
A la espera de poder hacer un reporte detallado de las especies localizadas, podemos no obstante adelantaros la lista de aves que nuestro compañero ornitólogo José Luis Cortés pudo observar u oír:
  • Alimoche (Neophron percnopterus)
  • Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus
  • Buitre leonado (Gyps fulvus)
  • Busardo ratonero (Buteo buteo)
  • Milano negro (Milvus migrans
  • Águila calzada (Hieraaetus pennatus
  • Paloma torcaz (Columba palumbus)
  • Pico picapinos (Dendrocopos major
  • Golondrina común (Hirundo rustica)
  • Avión común (Delichon urbicum)
  • Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris)
  • Chochín (Troglodytes troglodytes)
  • Petirrojo (Erithacus rubecula)
  • Mirlo común (Turdus merula)
  • Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
  • Curruca carrasqueña (Curruca iberiae)
  • Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli)
  • Herrerillo común (Cyanistes caeruleus)
  • Carbonero común (Parus major)
  • Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)
  • Corneja negra (Corvus corone)
  • Cuervo (Corvus corax)
  • Arrendajo (Garrulus glandarius)
  • Pinzón común (Fringilla coelebs)
  • Pardillo común (Linaria cannabina)
Por cierto, que es todo un lujo contar con José Luis, que convierte un agradable paseo en una auténtica clase magistral. Y no es para menos: recordad que el año pasado publicó su magnífica obra El sonido de los vencejos al volar, y recientemente ha recibido uno de los premios Félix de Azara, de la Diputación de Huesca, concretamente la ayuda a la edición de su nuevo libro Entre esparveros y cardelinas. Un tesoro de aves y nombres en el Alto Aragón, especialmente interesante al dedicarse no solo a las aves, sino a sus nombres y al origen de estos, reuniendo así en esta obra patrimonio natural y patrimonio cultural. Ya estamos deseando tenerla en nuestras manos.